ANOCHE SOÑÉ CON VOS
Anoche soñé con vos.
Tan flaquito, con el pelo hasta
los hombros.
Sin la capa azul, la luz fatal y la espada vengadora de “Eiti Leda”,
pero siempre volando cerca de
mi cama,
como una alondra de leche,
como un ruiseñor albino libando
la piedad
de los días que fueron.
Blanco, sí, porque la muerte es
blanca.
Porque los muertos son blancos
como la cera de una vela desangrada
a los pies de una deidad
renuente.
Blanco, sí, porque la última
vez que te vi
eras una sábana de pena
(blanca, blanca, blanca)
tendida sobre un ataúd sin
augurios.
Anoche soñé con vos.
Tan flaquito, con la boca
parecida a la de James Dean.
Pasaste al lado mío y ni
siquiera me miraste.
No me dijiste bijou.
No me tocaste en el temblor de
mis jadeos.
Hace más de veinte años que
sueño con tu indiferencia.
Algún psicólogo debería
explicarme porqué,
si cuando te ibas sin saber que
era para siempre
murmuraste te amo
y me tiraste un beso que
todavía me duele.
Arte: Patrick Kramer
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