ECOTONO
I
Hago un largo destino:
dialogar el silencio,
monologar el silencio.
Repetir el fuego
de mis visiones iniciales.
II
En mi casa
los muertos y los vivos somos márgenes
de la idéntica herida:
no nos tocamos
pero latimos juntos.
Nos miramos.
Nos predecimos.
Intentamos lugares.
III
A veces me sacudo
el miedo luminoso
que me priva de abrazar
a los seres que fueron en mí.
Entonces,
la herida se cierra y yo repito
mi acto de inocencia:
aprender a dormirme cada noche.
IV
En mi casa
los muertos y los vivos
pedimos desnudez a gritos.
Y esperamos nacer.
Por eso compramos
comida y flores
y tendemos las camas
con sábanas limpias.
V
Hablo como una mujer,
lloro como una mujer,
pero soy el límite.
I
Hago un largo destino:
dialogar el silencio,
monologar el silencio.
Repetir el fuego
de mis visiones iniciales.
II
En mi casa
los muertos y los vivos somos márgenes
de la idéntica herida:
no nos tocamos
pero latimos juntos.
Nos miramos.
Nos predecimos.
Intentamos lugares.
III
A veces me sacudo
el miedo luminoso
que me priva de abrazar
a los seres que fueron en mí.
Entonces,
la herida se cierra y yo repito
mi acto de inocencia:
aprender a dormirme cada noche.
IV
En mi casa
los muertos y los vivos
pedimos desnudez a gritos.
Y esperamos nacer.
Por eso compramos
comida y flores
y tendemos las camas
con sábanas limpias.
V
Hablo como una mujer,
lloro como una mujer,
pero soy el límite.
Arte: "Rafu-sen", June Leeloo
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