jueves, 7 de abril de 2016

DISTANCIA


DISTANCIA


Sobre un vestido muy blanco

un velo color distancia

escribía cuando tenía once años

y soñaba con David Cassidy.

Entonces distancia era eso:

kilómetros y kilómetros separándome

de mi amor preadolescente,

de su pelo tan lacio,

de esa ridícula ilusión de casamiento.

I think I love you pensaba

cuando me pensaba temblando entre sus brazos,

justo un ratito antes

de que el Manual del Alumno Bonaerense metiera la cola

y me  cayera de cabeza en la Región Mesopotámica,

esa madriguera insípida que sólo  prometía camalotes y naranjas

(ningún conejo para seguir

y yo ignorando

que el país de las maravillas era mi cuerpo).

Entonces distancia era eso:

tierra, mar, años, escuela,

mi quehacer cotidiano

(la mancha venenosa,

el portacosméticos de la tía Virginia

tomado por asalto,

el rito de la leche a las cinco de la tarde).



Once años y enamorada hasta el tuétano.

Once años y David Cassidy siempre tan lejos,

tan a la vuelta de la vida.

A los once años distancia eran

los besos que no llegaban

más allá del ruedo de un guardapolvo blanco.



Hoy distancia sos vos,

el pan que se desangra en nuestra mesa,

el lento trajinar de un tenedor con gusto a nada.

Distancia son tus ojos  que se rompen

antes de tocar los míos,

estos cuatro pasos irreconciliables

y el desamor que me mata.





Fotografía: David Cassidy

Poema publicado en la Revista Gealittera Nº 20


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