LA ANTIGUA ENFERMEDAD DEL OTOÑO
A Sylvia Plath
La mujer escribe en las paredes
que tiene miedo
porque su papi está muerto.
No sabe si gritar
o retorcerle el cuello a ese poema
que se ha arrancado prematuramente de las entrañas,
como a un hijo ilegítimo.
La mujer creyó, ingenuamente,
que las palabras la salvarían del desastre
y le darían de beber
a las amapolas desquiciadas que agonizaban de sed
en el campo esplendoroso de su cerebro.
La mujer comprende, al fin,
que lo único perfecto es estar muerta.
Ahora todo está en orden:
el silencio en la endecha,
la luna en el cielo,
la cabeza en el horno.
A Sylvia Plath
La mujer escribe en las paredes
que tiene miedo
porque su papi está muerto.
No sabe si gritar
o retorcerle el cuello a ese poema
que se ha arrancado prematuramente de las entrañas,
como a un hijo ilegítimo.
La mujer creyó, ingenuamente,
que las palabras la salvarían del desastre
y le darían de beber
a las amapolas desquiciadas que agonizaban de sed
en el campo esplendoroso de su cerebro.
La mujer comprende, al fin,
que lo único perfecto es estar muerta.
Ahora todo está en orden:
el silencio en la endecha,
la luna en el cielo,
la cabeza en el horno.
THE ANCIENT DISEASE OF AUTUMN
To Sylvia Plath
The woman writes on the wall
that she is afraid
because her daddy is dead.
She doubts whether to yell
or break the neck of the poem
which has prematurely been removed from her womb
as if it were a bastard son.
The woman believed, naively,
that words would save her from disaster
and would give water
to the deranged poppies dying of thirst
in the magnificent field of her brain.
The woman finally understands
that the only perfect condition is death.
Now everything is in order:
the silence in the mournful song,
the moon in the sky,
the head in the oven.
Arte: Sylvia Plath paper doll, Lisa Perrin
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