MARÍA
SOLEDAD
“Han venido
a incendiar la edad del sueño.
Un adiós es tu vida.”
Alejandra Pizarnik
La
pequeña muda,
la
pequeña ciega,
la
pequeña muerta.
Empujando
los gestos hasta el barro.
Empujando
el barro hasta el cielo.
Empujando
el cielo hasta el hambre
de los
que se quedaron sin sus cartas
(cartas
de saliva,
cartas
de incienso y lustre de pájaro,
tibias como
los ojos de un ciervo).
Niña de
fuego sereno,
niña de
huesos que levitan,
de
médula cristalina,
fantasma
hecho de sustancias milagrosas.
Jura
que sí, jura que no
(lo
jura con el silencio
de una
campana de luciérnagas
que se
deshizo en el viento).
Aúlla
como
una casa vacía.
La
pequeña muda,
la
pequeña ciega,
la
pequeña muerta.
Devorando
el pan de los recuerdos
que
nunca serán.
Contaminando
nuestros cuerpos
con sus
úlceras.
Empujando
el barro hasta el cielo
pero
quedándose.
Dolorosa
como una cuna sin ruidos.
Definitiva
como el olor de una mujer
después
de haber amado.
María Soledad Morales fue
torturada y asesinada en Catamarca el 8 de septiembre de 1990 por los “hijos
del poder” local. Estaba a punto de cumplir 18 años. El intento de las
autoridades de la provincia por encubrir el asesinato desencadenó una serie de
históricas movilizaciones populares que contaron con el apoyo de amplios
sectores en todo el país, tras lo cual se logró el esclarecimiento del
homicidio y se pusieron de manifiesto las condiciones semifeudales de ejercicio
del poder en muchas provincias argentinas.
Del poemario
"Interrumpidas", Publicaciones Entre Líneas (2014)
Gran Premio Primer Concurso Internacional de Poesía
“La palabra de mi voz”, Publicaciones Entre Líneas, Miami, EEUU (2014)
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