HIJO
I
Infancia
anciana zurcida
por un
hilo de luto.
Ojos
que se van
detrás
de los caballos, los perros,
las
hormigas.
Para no
ver la herida.
II
Algo
quebró
el
espinazo incendiario del verano,
la
apurada consumación del trigo.
Algo
pintó
un
desolado gesto de frutos malogrados
en la
cintura endeble del manzano.
La
niñez es un pájaro.
Y
tiembla.
III
La
sangre
salta
entre amuletos y verbos gastados
como un
conejo escarlata.
La
sangre golpea puertas
que no
se abrirán nunca.
La
sangre ruge como el mar
y se
detiene
cuando
la rasga el crepúsculo.
IV
Piedad.
Las
manos del mundo acariciando
la
cabeza que estrena
su proa
de abismos,
su
jardín arrodillado en los rincones,
su
álbum de animales que agonizan.
V
A papá
sacámelo del cielo.
A papá traémelo
de vuelta.
A papá
decímelo despacito en el oído
antes
de dormirme
como
una oración o como un cuento
donde
la Muerte no existe.
Arte: Herbert Baglione
4º Premio 33º Concurso de Poemas Fiesta Anual de la Poesía “Plaza de los Poetas José Pedroni”, Asociación de Arte y Cultura de Acebal “Capital Provincial de la Poesía” y Ministerio de Innovación y Cultura de la Provincia de Santa Fe, Acebal, Santa Fe (2014)
Poema publicado en la Revista "Palabras Diversas" Nº 51
Qué bien llamas, Raquel, esa " infancia anciana", esa fragilidad, es " imposible" inimaginable, pero que es real, existe. No hay idioma para expresarlo, por eso el lenguaje poético logra entrar en ese abismo. Maravillosa sensibilidad. Leí tu comentario sobre un niño de Pehuajó. que tengas un buen finde.
ResponderBorrarMARITA RAGOZZA
Marita, este niño me conmovió tanto, me vi a mí y a mis hermanos estrenando orfandad. Gracias por pasar. Un abrazo enorme.
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