EDWARD
Tijeras,
tijeras, tijeras.
Eso es
lo primero en lo que pienso
cuando pienso
en la historia
que
quiero contarte.
Él era
una criatura mágica.
Me
tocaba el pelo,
esa maraña
incomprensible
de
mariposas apretadas,
hierba
seca
y
shampoo mal elegido.
Me
tocaba el corazón
esa galleta
dulce demasiado cocida a veces,
poco
cocida otras,
siempre
apurando los latidos
(yo
también era una criatura mágica
porque él
me tocaba).
Tijeras,
tijeras, tijeras.
Eso es
lo primero en lo que pienso
cuando pienso
en el pan deshecho,
en las
cajas de música que se rompen.
No te
voy a contar
cómo termina
la historia.
Quedate
conmigo danzando bajo la nieve
en pleno
febrero.
No te quiero decir
que yo sigo envejeciendo
mientras
él
(criatura
mágica, invocación,
cuerpo declamado
en el viento
como un
gesto azul de primavera,
cuerpo
escrito y reescrito con las letras del sueño)
permanece
igual, siempre
igual.
Con la
misma sonrisa
que tenía hace veinte años.
Mención Poesía Premio Cem
2014, Cem English, Mar del Plata
(2014)
tener el poder de cortar... a veces nos lleva a pensar que podemos acabar con los infiernos propios...
ResponderBorrarPodremos alguna vez, Carmen?
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