PAZ
“Todos somos agua de este vasto, vasto océano.
Algún día nos evaporaremos juntos”.
John Lennon/ Yoko Ono
“Todos somos agua de este vasto, vasto océano.
Algún día nos evaporaremos juntos”.
John Lennon/ Yoko Ono
En un libro de cuentos cohabitan mansamente
una historia fantástica que gestó Scherezada
en una noche árabe calcinada de estrellas
y la leyenda hebrea del gigante de arcilla,
el fabuloso Golem.
Le he leído a mi hijo los dos cuentos sin pausa.
Y he sentido en el alma una honda certeza:
más allá de las razas, del color de los ojos,
de atávicos conflictos que escalan demenciales
la cúspide del odio,
de las lenguas disímiles,
de los Dioses diversos que son Uno
y el mismo,
nos parecemos tanto.
Todos somos artistas hechos a semejanza
del artista más grande;
todos somos espejos donde el prójimo encuentra
su imagen reflejada.
El arte nos hermana, el poema nos une,
el canto se repite en idiomas diversos;
bajo la misma luna soñamos y juramos
amores perdurables;
las madres arrullamos
a los niños pequeños con la misma cadencia.
Scherezada, el Golem,
Anahí, la indiecita,
Alicia y el conejo que siempre llega tarde,
se toman de la mano en el casto universo
que imagina la infancia.
Y yo comprendo, al fin,
que la paz es posible.
Para llegar, para alcanzarla.
Para llegar, para alcanzarla.
Para llegar, para alcanzarla.
las madres arrullamos
a los niños pequeños con la misma cadencia.
Scherezada, el Golem,
Anahí, la indiecita,
Alicia y el conejo que siempre llega tarde,
se toman de la mano en el casto universo
que imagina la infancia.
Y yo comprendo, al fin,
que la paz es posible.
1º Mención de Honor Concurso Poético Internacional “Familia global: Diálogo y comprensión mutua”, Federación para la Paz Universal (UPF) y Fundación Educativa Internacional (FEI), Ciudad de Buenos Aires (2011)
RECOMENZAR
Despojémonos de todo:
de colores de piel, de idiomas, de banderas.
De miradas mezquinas.
De absurdas geografías que distancian y hieren.
Caminemos descalzos por el alma del otro.
Cultivemos sus flores. Derramemos sus lágrimas.
Muramos de su hambre. Riamos con su boca.
Unamos con palabras de perdón y de gracia
lo que el odio desune.
Anulemos los límites que nos impone el miedo.
En los surcos del daño sembremos la esperanza.
Y con los ojos nuevos,
con las manos saneadas,
con un corazón ancho, perentorio, distinto,
volvamos a empezar llamando a cada hombre
“mi reflejo, mi hermano”.
Mención Concurso Poético Internacional “Palabras de encuentro y conciencia universal”, Federación para la Paz Universal (UPF) y Fundación Educativa Internacional (FEI), Ciudad de Buenos Aires (2012)
AMOR COMO CAMINO
Para llegar, para alcanzarla.
Para tocar su ruedo poderoso,
obedecer su cielo de palomas,
sostener con un hilo alborotado
su cintura de viento y de raíces.
Para que nazca el trigo, y el vino sea dulce,
y todos los caminos
conduzcan a sus ojos de gacela,
a su camisa tibia,
a su garganta desencadenada,
a su palabra húmeda de pájaros.
Para que ondeen las sábanas más puras,
se cueza el pan más blando
y todos los crepúsculos se vistan de canciones,
de alas, de esperanza.
Para llegar, para alcanzarla.
Para tocar la espuma de su orilla,
recitar su marea,
comulgar con sus peces y sus olas,
remontar sus gaviotas.
Para que el niño ría, y el hombre sea abrazo,
y todos los jardines
sean el escenario de las manos recíprocas,
del sol como destino,
del beso de los frutos,
de la palabra santa.
Amor como proyecto.
Amor como propuesta.
Amor como promesa.
Amor como camino.
Para llegar, para alcanzarla.
Para nombrarla con la lengua más dulce.
Para acunarla.
Para siempre.
Paz.
1º Premio Concurso Poético Internacional “El amor universal como camino hacia la paz”, Federación para la Paz Universal (UPF) y Fundación Educativa Internacional (FEI), Ciudad de Buenos Aires (2012)
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