POEMA DE AMOR,
AMOR, AMOR
Te
digo que no.
Que
no.
Que
no voy a dejar que te vayas.
Vos
estás dormido y yo
no
hago más que transfundirte recuerdos
para
que te quedes,
para
que sepas que no,
que todavía no.
Yo
soy lo que soy cuando te miro:
Bloquecitos
Suchard a la vuelta de la oficina,
dibujos
de loros con cabezas de señoritas peinadas a lo Marilyn,
terrones
de azúcar en los bolsillos del saco
(terrones
cúbicos traídos de algún bar,
golosinas de
pobre,
nada
de sobrecitos,
¿quién
tuvo la mala idea de inventar los sobrecitos?).
Soy
las Faber-Castell de doce colores,
las
fibras Sylvapen con florcitas,
los
libros de la colección Robin Hood de tapas
amarillas
(¿y
por qué a mí “Dos años de vacaciones” y a mi hermana “Mujercitas”?
Yo
también soy una nena, tío…).
Soy la calle Florida,
el
subte,
las
escaleras mecánicas,
las
zapatillas Topper celestes para hacer gimnasia en la
escuela,
la
última película que vimos juntos en el cine
(“Cinema
Paradiso” y después, al cine
sola,
con
una amiga o con un novio,
porque
ya era grande).
Soy
tu sobretodo reemplazando
un tapado
que
no me podía comprar
y un
hombre que me abraza y me dice
me
parece estar abrazando a tu tío
y yo
que me río y juro
lo
abrazarías si lo conocieras.
Hubo Reyes porque estaba el tío.
Hubo Huevos de Pascua porque estaba el tío.
Hubo
asados los domingos porque estaba
el tío.
El
que guarda los repasadores que le regalamos cada Navidad
e
insiste en usar esos trapos que no absorben nada,
el
que sabía que Verne estaba bien para mí,
el
que nos cuida los rosales,
el peronista de Perón
(te
devolví a Evita y me quedé con la Monroe;
alguna
otra mujer hubo,
una
mujer real
pero
nunca me contaste la historia).
Te
digo que no.
Que
no.
Que
no voy a dejar que te vayas.
Pero
si te vas,
si
este es el final,
que
sea un final como el de “Cinema
Paradiso”,
con
muchos besos,
con
todos los besos que me enseñaste amar,
con
lágrimas de emoción porque me diste tanto,
con
la alegría de haber sido parte de tu historia.
Y con
una rubia de ensueño que te
diga
¡good
night, honey!
Arte: Marilyn Monroe, Milton Greene