LA MUJER DE LAS ZAPATILLAS ROJAS
A Bettina
Ella fue la chica de las zapatillas rojas.
La que abrazó a
todas sus muñecas
cuando empezaron
a menstruar
y les susurró con
dulzura
que no tuvieran
miedo.
La que se hizo
fuego en pocas palabras,
gemela insoslayable
de la combustión
de la primavera
(y el polen
volando de pájaro en pájaro).
Ella es
la mujer de las zapatillas rojas.
La bailarina.
La que
repite en cada pas
de danse
la devota costumbre
de las alas.
De la libertad come y bebe.
Para la libertad sangra.
En su poemabatalla,
en su albedrío de parición y aparición de soles.
Limpia.
Una
gata le camina la sangre,
le afelpa
los maullidos.
Sus garras
son suaves como las ancas de un sueño.
Sus
ojos tienen la lentitud de los cristales.
Pero la
fiera embosca
y se rebela
cuando
amenazan sus zapatillas rojas.
Sus
viejas zapatillas.
Hechas a mano.
de niña a mujer las zapatillas se acomodan
ResponderBorrarlo que no
es el paso
besitos
Es cierto, Elisa, las zapatillas se acomodan. Lo importante, siempre, es usar las zapatillas que nosotras elegimos y no dejar que nadie nos imponga otras. Un beso grande y muy buen fin de semana.
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