TIERRA DE
OTOÑO
I
La cicatriz de la luz pende
(sin hilo)
sobre un pecho gastado.
Las memorias no usadas se estremecen
(casi el puño de la luna).
Inconsistente como la camisa de un
muerto,
(como un juego de pestañas falsas)
la lengua se alza para no decir.
II
Hay pies que rozan
la melena de una ahogada,
la melena de vidrio que corta y muerde
(arena hecha de gritos).
Caracoles de lo húmedo
fluyen entre los dedos.
La mañana duele entera.
III
Una esperanza nunca verde
ata el suspiro,
se dobla como una lágrima oscura
(mientras el sol de espaldas,
la arpillera descosida de los párpados).
El siseo del viento se estira.
Triste. Como un arpegio de humo.
IV
El sueño tiene cierto sabor metálico,
cierto movimiento leve
como el cabeceo de una flor.
Pubis angélico, cuévano de alas
(una velocidad hecha de cuerpos sonoros).
V
La mirada humilde enlaza
dos carnes íntimas.
La risa palpa los dientes
(como si una liebre,
como si un animalito tibio).
Las pieles se conjugan
en un relámpago diurno.
VI
Ojos de agua tocada,
ojos de nieve en hebras
(la altura blanca,
el iris donde circula un colibrí,
una ilusión de aire).
VII
El poema es un guante que recojo,
un desafío de seda
sujeto a metamorfosis.
Dice (no dice).
Se acerca (se aleja).
Es la baba caliente de un molusco.
Un lento pleamar hecho de agujas.
VIII
Proas de hielo.
Popas de hielo.
Bordas blancas.
El
buque como si siempre.
Como si nunca.
Vibrante alfiler remendando
un pájaro salvaje.
El mar, esa mentira,
en la espina dorsal del Universo.
VIX
El hocico empapado de la lluvia
hurga debajo de la parva de hojas secas
donde él escondió su nombre.
Un mantel amarillo tendido
en la soga del vecino.
Así, de improviso, llegó el otoño.
X
Entonces la queja regresaba
de cebolla en cebolla.
Una capa, otra capa, otra capa
(la sequía de las cuerdas vocales
cortando lágrimas finas).
Al final, el vacío.
El oscuro espejo donde un muerto
se lava la palabra.
XI
La memoria de la sed en el desierto.
La lengua de la sed vaticinando
secos golpes de arcilla.
Y tu cuerpo que es agua
(pero es sal).
Y tu cuerpo que es ola
(pero duele).
XII
Yo, pecadora.
Yo, bruja remolcando abecedarios.
Yo, reina que abdica de sí misma.
Yo, la mejor de todas (la peor)
con un solsticio imposible
clavado entre las cejas.
Con los ojos repentinos.
Como un gato.
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