VILLA 31
El sol amontona escombros.
Imparte
su quemadura incurable,
su hechizo del polen.
su retal palomas incendiadas.
Al borde del musgo y el rocío,
del polvo que se imprime
en el esqueleto del día,
el libre albedrío de un perro
se bebe una caricia perdida.
Una pelota,
una botella de cerveza a destiempo,
el grito de una madre.
Aquello que es mi barrio se desliza
en el labio celeste del verano.
Se descalza en los charcos.
Se sube a los carros y a los besos.
Aprende de memoria cada gesto,
cada pulsión de hambre.
Un curita rubio
le pide a Dios
el pan nuestro que nos roban.
Los demás,
entre mate y mate,
dialogamos con los pájaros.
Arte: "Buenos Aires, Villa 31", Cecilia Koppmann
2º Premio
"Juegos Florales de Verano 2013 -Mis Escritos", Ediciones Mis Escritos, Ciudad de Buenos Aires (2013)
villa 31 las hay en cada punto del planeta
ResponderBorrary la fiesta de otros sigue sin inmutarse siquiera
rueda el mundo sin freno
y con él , rodamos todos
abrazos y energías
los pájaros saben !!
Elisa, lamentablemente la fiesta de pocos es lo que pagan muchos. Nosotras tenemos la palabra para acariciar a esos tantos. Es un privilegio
BorrarGracias por pasar! Un beso grande!