lunes, 8 de abril de 2013

EL BAILARÍN DE LA LUNA


EL BAILARÍN DE LA LUNA

“Todos responden a la Necesidad. Oh, ese alarido sinfónico de mil voces que se esconden, el grito de la propia Necesidad, la entidad, el observador silencioso, algo que está frío y quieto, que se ríe, el Bailarín de la Luna.” – Jeff Lindsay, “Darkly Dreaming Dexter”



La muerte es circular

como la ronda de la golondrina:

empieza en él,

termina en él.



No es el océano.

No es cielo.

Es la bestia que anhela

reconciliarse con la niebla.

El mugido que busca

una boca para huir.

Una lengua

para marcar pertenencia.

La pulsión encajada

en los bordes justos.



La mano despierta,

no duda,

es una llaga de rasgos afilados,

un buitre que se precipita.

La mano se apodera del destino.

Lo amasa,

lo amansa.

Lo encierra

entre cuatro paredes de sangre.

Desata el acero virgen:

cada vez es la primera vez.



Sin manchas en las paredes.

Sin cuerpo del delito.

Los monstruos educados

siempre recogen sus juguetes.



La noche se completa

en el jadeo

cuando una luna roja,

hinchada como el sexo

de un mendigo idiota,

estalla en todas partes.




 Arte:  "Each morning she would pray", Marilyn Manson

Del poemario "La antigua enfermedad del otoño", Ediciones de la Iguana, 2011


2 comentarios:

  1. soberbio!!!
    ese bailador nos llevará tarde o temprano
    redimidos o no
    al final la muerte es parte de estar vivo

    abrazos y buena semana Raquel

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    1. Tal cual, amiga, la muerte prueba que la vida existe.
      Un abrazo y gracias por tu lectura.

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