LAS DESAPARICIONES
INEXPLICABLES
“La muerte
es una vida vivida. La vida es una muerte que viene.” - Jorge Luis
Borges
Fue la
chispa y no es.
De hueso en hueso se disipa el instinto.
La impaciencia se parte la cabeza
contra las piedras del camino.
¿Y la genuina duda en Dios?
La duda
también es una forma que se desvanece.
Que
cesa.
Los titubeos
son para la lluvia
cuando la
chispa se extingue.
Él era
demasiado pequeño.
No estaba hecho para abrir puertas.
Se tomó la muerte al pie de la letra.
Ahora no importa demasiado
quién dijo qué.
También la
miseria se apaga de hueso en hueso.
Hago lo que
no supe hacer
tocando de oído en el viento.
Quiero aclarar esta ciudad que sangra.
Quiero aclarar este paisaje donde el barro es él.
Rasgar con mi voz la incompletud de su noche.
Yo nunca prendí velas y aquí estoy
de pie junto a la llama.
El
calendario se ocupó, finalmente,
de los problemas urgentes.
Las flores están para esto.
Para marcar lo que resta cuando el otro se aleja de nuestras redes.
Pero algo tiene que quedar de la vida.
Algo
más
que una
garganta fraccionada,
un crédito
sin pagar,
un perro
ladrando solo,
un
desconcierto.
Esas son las
desapariciones inexplicables:
las nuestras.
Del poemario
"Hermano", El Mensú Ediciones, 2011