RAPA NUI
“...oh, rosa separada
del tronco del rosal despedazado
que la profundidad convirtió en
archipiélago”.
Pablo Neruda
La isla fue engendrada por
volcanes
que en época de celo rezumaron
sementera potente.
La lava fue esencia masculina
y fue hembra el océano,
femíneo surco abierto en la
espuma,
en la entraña salobre de ola.
La isla fue cincelada por el
viento,
por su mano incorpórea.
Sus dedos erráticos tallaron
en el triángulo único
el perfil de la ausencia,
la displicente mueca del
deseo,
el gesto arduo de tantas
soledades.
La isla fue soñada por el
hombre
como el hogar de las piedras
atentas,
colosos vigilantes del hado de
la tribu.
Y fue amada por los hijos de
Hotu Matu’a,
y fue cantada por la pluma del
poeta
-la isla es la rosa separada
de un legendario tronco,
la dulce flor que una muchacha
virgen
sujetó a su turbia cabellera-.
La isla me ha abierto sin
reservas
las puertas intangibles del
enigma.
Y he adherido mi asombro
peregrino
a sus rostros de roca,
a sus ardientes soles
transitorios,
a sus pequeñas lluvias.
Arte: Sam Low
Del poemario "Ojos que miran al cielo", Ediciones Amaru, 2007
Poema publicado en el Cuadernillo del Taller Literario del "Centro Cultural Alejandra Pizarnik", 2006
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