sábado, 14 de junio de 2025

NOSOTROS


 NOSOTROS

A Alejandra Pizarnik
 


Nosotros nos casamos, Alejandra,

tenemos un hijo,

tenemos un auto,

tenemos un perro,

y salimos de vacaciones cada verano.

Pero un agujero nos perfora el estómago

como si una mano negra con garras afiladas

nos hubiera profanado las entrañas

y nos hubiera arrancado una a una las vísceras humeantes.

Y nos pesa el corazón como una piedra.

Nosotros, Alejandra, corremos detrás de los relojes,

lloramos en silencio cada noche la vacuidad del día

y masticamos la rutina hasta la náusea.

Y nos duele el poema,

nos duelen los espejos,

nos duelen las cenizas de la infancia

esparcidas sobre unos ojos muertos

y el vértigo de las lilas que se deshojan

en el dulce abandono del crepúsculo.

 

Nosotros, Alejandra, sabemos que el amor

es una ceremonia inútil

y que cada emoción desemboca en la lasitud,

en la inevitable fatiga.

Y nos suicidamos cada día

con sobredosis de corazones estropeados,

pulmones estrangulados con humo rancio,

autopistas jamás saciadas de sangre

y células marchitas.
 


Nosotros, Alejandra,

somos nuestro propio París errante e iniciático

y nuestra propia sala de psicopatología.

Y conocemos el miedo.

Y también estamos cansados de Dios

y de los vasos vacíos.
 






Arte: "Crying woman", Ilir Pojani

Del poemario “La antigua enfermedad del otoño” (2011)

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