SUCEDE
El poema sucede en los suburbios
de mi cuerpo.
Asciende por mis piernas,
un caracol que remolca su baba de palabras.
Deja una estela luminosa,
un camino viscoso en el que la noche hunde sus dedos
como los hunde una mujer
en la nuca de su primer amante.
En el torrente mudo del sexo
desamordaza su olor a azucenas feroces.
En el ombligo,
juega con los ecos del agua prenatal,
se aprieta como un clavel intocado por la primavera.
.
El poema come de mí.
Es voraz, es feroz,
es un pichón de cristal que se rompe
en la cresta de mi lengua,
una orgía de astillas
naufragando en el desorden de mi saliva.
El poema le cuelga el no festejo de una taza de té
a mi dulce penumbra de criatura carroliana.
Se suelta el pelo y flota con torpeza.
Busca ser todos los barcos.
La hoja en blanco
deja el sol en la proa
y dice adiós.
Imperfecto
como un pequeño delfín oxidado
el poema sucede.
Arte: Nicoletta Ceccoli
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