lunes, 12 de septiembre de 2022

ADIÓS


ADIÓS

 

Cierro una puerta.

Atrás queda ese caracol de azúcar

que llamamos infancia.

Ese caracol que acerqué a mi oido

para saber el ruido del mar

y me contó el carnaval,

la fiesta de los lupines de la iglesia San José,

los asaltos y los lentos

que nunca consumaron el abrazo,

los cigarrillos que fumé a escondidas con Mabel

mientras leímos las fotonovelas

de la revista “Nocturno

y soñábamos con amores

que nos queden grandes.

Atrás quedan las vergüenzas

que los adultos nos colgaban del cuerpo,

el esconderse para ser sangre y florecer,

como si la sangre y las flores

fueron un pecado.

Atrás quedan los ojos de gato

de ese casi novio que nunca me besó.

 

Cierro una puerta

y algo se rompe en mis manos

algo se rompe en mi vestido rosa

(el de cuello baby que me cosió mamá),

algo se rompe en mi garganta.

Mis primeros hervores

son un bosque sin retorno.

Las lágrimas no alcanzan

para lavar el deseo.

El caracol de azúcar tirita

en su soledad adivinada.

 

Cierro una puerta

y el beso que Jorge

jamás me dio

me roza los labios con ternura

cuando digo adiós.

 

Arte: " Adiós" , James Fenner

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