SUCEDE EL HAMBRE
A Néstor, a Oscar, a tantos
“El hambre es el primero de los conocimientos:
Tener hambre es la cosa primera que se aprende.”
Miguel Hernández
En otras bocas,
en otros cuerpos injuriados
por látigos de humo,
en otras vísceras cayendo de rodillas,
sucede el hambre.
Sucede puntualmente,
con infalible cadencia de almanaque.
Sucede cada día.
Acampa en los orígenes del alba,
se acuartela en la noche.
Cubre su desnudez de luna agria
con un tendal de moscas.
El hambre
es una mordedura de gusano,
una pisada de corcel siniestro,
un zarpazo de lobo.
Es un estómago y su ruido de cenizas,
su ruido de pájaros temibles
riñendo con la nada.
Nosotros,
correctos hasta el tuétano,
pagadores de impuestos,
católicos, apostólicos, romanos,
un poquito cristianos,
dormimos con un pan bajo la almohada
y otro pan bajo el brazo.
Pero el hambre sucede.
Sopla su aire viciado
en el desvelo austero de los huesos.
Nos duele casi nada,
algunas veces,
como una media sonrisa de alfileres.
Pero si trae la muerte de la mano
nos duele casi tanto.
Arte: Mio Cade
De "Pan de Agua - Poesía social contemporánea de Bueno Aires", La Luna Que (2017)
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