"¿QUIÉNES, CÓMO, CUÁNTOS?"
Prólogo
"La poesía sirve para
sacar la flor de las cenizas", dice Jaime Sabines.
Y eso es lo que Aurora hace
cuando escribe: busca y rebusca en sus cenizas hasta hacerlas florecer en el
poema. Pero, además, pulveriza sus flores. Las incinera. Y nos ofrece un puñado
de cenizas que también son poesía. Blancos y negros. Luces y sombras. Sueños,
aspiraciones, experiencias. El amor. El dolor. La desazón ante el paso del
tiempo y la dicotomía entre el cuerpo cansado y el alma con la piel de gallina.
Aurora Maresco se define como una mujer osada. Y realmente lo es. Es osado amar
después de amar y jugar a que se ama por primera vez. Es osado escribir poesía
en este momento histórico en el cual se valora poco a aquello que no signifique
un logro material. Es osado enredarse con la palabra, llevársela a la boca,
mojarse los ojos con su cadencia, parirla, reparirla, repatriarla al centro del
cuerpo. Es osado embarcarse en la aventura del poemario propio.
Aurora Maresco nos
ofrece en este libro un puñado de versos que nos muestran su yo más puro y
desenfadado. Poemas candentes que explicitan un erotismo llamativo, jamás
exento de ternura. Poemas que ponen en jaque a sus interlocutores (nosotros, el
amor, ella misma, el tiempo) y los sacuden. Poemas que, jamás, pasan
desapercibidos.
Flores y cenizas. Cenizas y
flores. Esto es lo Aurora nos ofrece hoy. Bienvenida sea la palabra.
Raquel
Fernández
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