VIVAS NO NOS QUIEREN
A Micaela García
vivas nos queremos
vivas no nos quieren
nos quieren
pecados o adornos
culos redondos vendiendo
autos cerveza desodorantes
Cenicientas amnésicas celebrando
detergente arvejas
bolsitas de puré instantáneo
nos quieren
encerradas en armarios oscuros
encogidas debajo de las baldosas
hechas bolitas de mocos y terror
pegadas a la humedad
de los callejones sin salida
indefensas como una lechigada
de ratones ciegos
nos quieren
con escarabajos en la boca
con hormigueros reventando en el ombligo
ventanas con los vidrios rotos
teléfonos descompuestos
la bandera de la lengua desteñida
y el horizonte de los huesos
picado de viruela
vivas nos queremos
vivas no nos quieren
no nos quieren
con las tetas al aire
con las ganas al aire
hermanas amigas aliadas amantes
besándonos en las narices horrorizadas
de la señora que suspira con la
telenovela turca
del señor de armadura y corbata
no nos quieren
empuñando las tijeras de Dalila
cortando por lo enfermo la saliva del Diablo
locas de Kerouac alborotando avisperos
pintando paredes
pidiéndoles explicaciones
a Dios y a la Patria
no nos quieren
destripando a Jack
nos quieren destripadas
ahorcadas apuñaladas
baleadas quemadas
rotas
nos quieren muertas
a ver si muertas
nos callamos de una vez por todas
Raquel Graciela Fernández
Buenos Aires, Argentina
Raquel Graciela Fernández
Buenos Aires, Argentina
RUTA 12
A
dos quilómetros de Gualeguay,
Micaela tu cuerpo dejó que ser
Micaela, y pasó a ser -una menos y una más-
Una hija menos,
una hermana menos
una amiga menos
una vecina menos
una mujer menos
una madre menos
Y…
Ser una más entre las listas de los asesinatos
feminicidas, en este holocausto machista.
Tu grito no fue lo suficiente,
cuando alto gritaste ¡Ni una menos, ya!
Y todo porque hay justicia de pobre,
y justicia para ricos…
jueces hombres que piensan con el cerebro
entre las patas.
Jueces con felices ideas,
y pensamientos entre sus braguetas,
o quizás con una empatía perniciosa,
¡Quizás por eso!
-dicen- ¡Ya estaba bien, este pobre
pibe, cuanto días de condena por…!
Por, sí… es que al fin y al cabo muchos sienten
que no está tan mal,
eso de violar a jovencitas,
de tomar lo que guste, cuando
y puesto que…
Sentirse cazador, ¡mola!
y buscar presas, también.
Sí…
Debe ser esto, porque si no es así,
yo, hoy, ahora mismo me cago en los vientres
de sus madres de unos y otros,
porque ellas no tuvieron los ovarios de apretar
sus piernas y dejarlos ahí, quietos hasta
que se ahogasen antes de que nacieran.
¡Violadores-asesinos y jueces!
Ahí quietitos antes de que nuestras hijas
en sus manos y por sus culpas
mueran, fueran sentenciadas a ser violadas
porque les nace de entre las piernas.
A dos kilómetros de la ruta 12 de Gualeguay,
dejaste de ser Micaela, para ser una menos
y una más de la lista de chicas y mujeres
asesinadas en este holocausto
feminicida donde los jueces son arte y parte
¡Porque sí!
¡Ni una menos, ni una más!
Micaela tu cuerpo dejó que ser
Micaela, y pasó a ser -una menos y una más-
Una hija menos,
una hermana menos
una amiga menos
una vecina menos
una mujer menos
una madre menos
Y…
Ser una más entre las listas de los asesinatos
feminicidas, en este holocausto machista.
Tu grito no fue lo suficiente,
cuando alto gritaste ¡Ni una menos, ya!
Y todo porque hay justicia de pobre,
y justicia para ricos…
jueces hombres que piensan con el cerebro
entre las patas.
Jueces con felices ideas,
y pensamientos entre sus braguetas,
o quizás con una empatía perniciosa,
¡Quizás por eso!
-dicen- ¡Ya estaba bien, este pobre
pibe, cuanto días de condena por…!
Por, sí… es que al fin y al cabo muchos sienten
que no está tan mal,
eso de violar a jovencitas,
de tomar lo que guste, cuando
y puesto que…
Sentirse cazador, ¡mola!
y buscar presas, también.
Sí…
Debe ser esto, porque si no es así,
yo, hoy, ahora mismo me cago en los vientres
de sus madres de unos y otros,
porque ellas no tuvieron los ovarios de apretar
sus piernas y dejarlos ahí, quietos hasta
que se ahogasen antes de que nacieran.
¡Violadores-asesinos y jueces!
Ahí quietitos antes de que nuestras hijas
en sus manos y por sus culpas
mueran, fueran sentenciadas a ser violadas
porque les nace de entre las piernas.
A dos kilómetros de la ruta 12 de Gualeguay,
dejaste de ser Micaela, para ser una menos
y una más de la lista de chicas y mujeres
asesinadas en este holocausto
feminicida donde los jueces son arte y parte
¡Porque sí!
¡Ni una menos, ni una más!
Carmen Hernández Rey
Micaela García, de 21 años,
fue a bailar a un boliche, en Gualeguay, Entre Ríos, el sábado 1º de abril de 2017 y se le perdió el rastro cuando
abandonó el lugar. Las sospechas por su
desaparición recayeron sobre Sebastián
Wagner, condenado por dos violaciones y en libertad condicional. Wagner
fue detenido una semana después en Moreno, Buenos Aires y dio datos para hallar
el cuerpo de Micaela, a quien asesinó y arrojó a
dos kilómetros de la ruta 12, en Gualeguay, cerca de una estancia conocida como
"6 robles".
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