JENNY
A Robert Burns
La pobre chica
arrastraba las enaguas a través del centeno.
Las enaguas empapadas de llanto y sudor,
casi tan pesadas como una mortaja.
No había guardianes
entre el centeno
que vigilaran que ella no fuera más allá
y cayera en la fosa de la hipocresía.
Un beso puede ser una cuchilla de afeitar
hincada en las venas del insomnio,
un retablo de lutos y graznidos,
un prólogo de latitudes muertas.
La pobre chica casi nunca estaba seca
(a veces llueve sobre un solo relámpago).
Y arrastraba las enaguas a través del centeno.
El fuego elemental de sus enjambres
estaba muerto
antes de que alguien le dijera que no
y el gallo cantara tres veces
y ella supiera que, cuando dos personas se encuentran
entre el centeno,
alguien tiene que llorar,
siempre.
Arte: Benjamin Lacombe
Del poemario "Cierta condición nocturna", GPU Ediciones, 2013
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