MAMÁ LLORA
“Fue necesario todo lo que fuimos contigo, lo que somos contigo del lado de los llantos…” -
Olga Orozco
Mamá llora.
Entierra y desentierra esa muerte
que no fue la suya.
Pero fue.
Mamá sabe la falta
por descarne.
Sabe la ausencia por decantación.
Por un lado se acomoda el llanto,
por el otro,
la imposible disposición de los platos,
el agujero en el mantel,
la cena que se vuelve idiota.
El contrato con lo poco que queda.
Mamá se equivocó, claro.
Dijo blanco cuando dijo negro
cuando dijo todo cuando dijo nada.
Nos lastimó palmo a palmo.
Sin inventar un plan de salvación.
Sin detener la garganta del cuchillo.
Los lazos del padre, cortados.
Y nunca nos preguntó por la sangre.
Sí.
Mamá nos lastimó.
Nos condenó a ademanes sin refugio,
el compás de su dolor inútil.
Mamá fue nunca y fue lejos.
La sílaba indecisa.
¿Dónde estaba mamá,
cuando las visiones caían
como pájaros muertos?
Mamá nos lastimó.
Pero no sabía.
Ahora, mamá llora.
Mamá llora, ¿entendés?
Es la bestia parturienta que se quedó sola.
La inhóspita.
Para siempre incompleta en sí misma.
Imposible decirle una palabra
que abrevie el grito que le vuela la cabeza.
Mamá llora.
Cada hora es un golpe de recuerdo.
Yo lloro con mamá,
cuando puedo.
Porque esta vez me tocó a mí juntar los juguetes.
Y esconder los que están rotos.
Para que mamá no los vea.
“Fue necesario todo lo que fuimos contigo, lo que somos contigo del lado de los llantos…” -
Olga Orozco
Mamá llora.
Entierra y desentierra esa muerte
que no fue la suya.
Pero fue.
Mamá sabe la falta
por descarne.
Sabe la ausencia por decantación.
Por un lado se acomoda el llanto,
por el otro,
la imposible disposición de los platos,
el agujero en el mantel,
la cena que se vuelve idiota.
El contrato con lo poco que queda.
Mamá se equivocó, claro.
Dijo blanco cuando dijo negro
cuando dijo todo cuando dijo nada.
Nos lastimó palmo a palmo.
Sin inventar un plan de salvación.
Sin detener la garganta del cuchillo.
Los lazos del padre, cortados.
Y nunca nos preguntó por la sangre.
Sí.
Mamá nos lastimó.
Nos condenó a ademanes sin refugio,
el compás de su dolor inútil.
Mamá fue nunca y fue lejos.
La sílaba indecisa.
¿Dónde estaba mamá,
cuando las visiones caían
como pájaros muertos?
Mamá nos lastimó.
Pero no sabía.
Ahora, mamá llora.
Mamá llora, ¿entendés?
Es la bestia parturienta que se quedó sola.
La inhóspita.
Para siempre incompleta en sí misma.
Imposible decirle una palabra
que abrevie el grito que le vuela la cabeza.
Mamá llora.
Cada hora es un golpe de recuerdo.
Yo lloro con mamá,
cuando puedo.
Porque esta vez me tocó a mí juntar los juguetes.
Y esconder los que están rotos.
Para que mamá no los vea.
Del poemario "Hermano", El Mensú Ediciones, 2011
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