PRIMAVERA DE A PIE
“La guerra terminaría si los muertos pudiesen regresar.” - James Baldwin
Había que bailar y vos bailaste.
Fuiste la torpeza
de no saber dar el paso redentor.
Bailaste como un ciego.
Con el corazón de lo deforme.
Con la deformidad de tus cuatro paredes solas.
La primavera siempre de a pie.
Y lo demás, quién sabe.
Ahora nos toca bailar a nosotros.
Pero tenemos los pies enredados en la lluvia.
Damos un giro defectuoso
y nos clavamos en la carne abierta
los verbos que no tuvieron tiempo.
Me aprieta la garganta no saber
quién te cerró los ojos.
Me aprieta la garganta este apedrearnos
con lo poco que queda.
Una pedrada y soy
la boca del vacío.
Otra pedrada y soy
la que acaricia al animal moribundo.
A quién van a despellejar primero.
El que quiera matarme que me quite la palabra.
Para que no logre completar
este círculo de sangre vinculada,
esta celada amniótica
que nos devuelva al principio de la historia.
Doy un paso al costado de tu cuerpo.
Doy un paso al costado de la memoria
que no supiste sanar.
Repesaste tu vida
para la muerte
y sé que me tomaste de las manos.
Cuando tenías cinco años, hermanito
y yo te daba esperanza.
Esperanza de qué.
Pobrecito.
Pobrecita yo, que nunca supe tejerme la trinchera.
Yo también tengo piedras.
Pero las mías
me llueven en la boca.
Quién soy yo para arrojar la primera.
Quién.
Arte:
"Little Sad Boy IV”, Toon Hertz
No hay comentarios.:
Publicar un comentario