RACCONTO
Hubo un roce de piernas atrevidas
debajo de la mesa,
copas de vino entrechocando el aire
y besos apurados,
una exceso de gozos y de mieles,
un zodíaco celeste de gemidos,
una canción que derrotó a la muerte
por un breve segundo.
Hubo un
amor que supo despertarme
de mi sueño incólume de princesa
y un arrebato que tiñó los días
con el púrpura ferviente del deseo.
Hubo una historia escrita con la boca,
con la piel, con el celo,
con la prisa
de todos los sentidos.
Hubo una virgen que rasgó su manto
y coronó su sexo con estrellas.
Queda poco de lo que hubo.
Quedamos nosotros.
Yo, mordiendo los secretos medievales
que aún me ensucian la boca.
Él, que me mira en silencio
y no comprende
por qué lloro cuando hacemos el amor.
Arte: "My Blood Is Tasteless", Margarita Surnaite
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