EL ERROR
Entonces,
¿qué hago aquí
sentada en su
sombra,
lentamente
desnuda,
abriendo y
cerrando cajones?
¿Qué hago
enredada
en los párpados
exhaustos de un hombre
que jamás me
sueña?
El silencio
apaga mi boca incomprensible.
El silencio.
El revés del
grito amatorio
profanando
los huecos
perturbados.
Entonces,
¿por qué no se
disipan las alcantarillas?
Vivimos en
distintas estaciones.
Estoy cansada
de mendigar su verano.
Enloquecida por
los anillos
de las promesas
ajenas
rehago la caída.
El error se
multiplica.
¿Se supone que
esto debe llamarse amor?
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