A LOS CUARENTA
Y TANTOS
“En mi pecho
se agita una muda tristeza
por aquellos
muchachos que olvidé
y que ya no
volverán a gemir por las noches.”
Edna St.
Vincent Millay
Hay alas sofocadas en tus ojos.
¿Qué vas a hacer ahora
con tus misterios muertos?
¿Con el sol fragmentado en mil esquirlas
negras como el espanto,
con tu boca girando por el polvo
que maquilla los huesos
y una cruz umbría que sostiene
el beso que se extingue?
¿Qué vas a hacer ahora
a los cuarenta y tantos y sin dioses
que proliferen panes,
sin misas de gallo,
sin ficciones
que embellezcan tus yerros?
¿Cómo seguir cantando
con la letra escarlata de la pena
insultando tu carne
y tantos muchachos olvidados
-ningún amor fue eterno-
y tantos gemidos que se apagan
cuando la noche deprava la memoria?
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