THE WEEKEND MIRROR
Cuando el
espejo me bebe
no reaparezco en el mar
apalabrando la fractura de las olas,
corrigiendo los párpados
de esta aventura malograda que fue nodriza
de mi desnudez más perfecta.
No reaparezco en el afán obrero de su boca.
Cuando el espejo me bebe
los sentimientos se arrastran
y los hechos
se descomponen a modo de hojas muertas.
Mis manos se entristecen
como jardines descuidados:
dejo que caigan nuestras flores
y no puedo dejar de desvivirme
por un pétalo de sal que agonizó entre mis piernas
cuando nuestros cuerpos
suturaron las heridas cortantes de la sombras
(me lloro en la muerte de esas flores
y no me atrevo a escalarme,
muro abandonado por la noche donde transcurre mi pena,
objeto para amar ensamblado y descartado,
pequeño puzzle de pájaros anónimos).
Cuando el espejo me bebe
el infinito se acaba en mis temblores
(es como tenderle el cuello a un asesino).
El eligió cómo olvidarme.
Lujuriosamente
devoró mi corazón
antropófago jinete de una isla cruel.
Voy a regar con té este no aniversario,
esta no fiesta donde abundan las espinas,
esta no vida,
como una criatura carroliana
que no sabe del miedo.
Arte:
Lucía Polanco
Poema
publicado en el blog "Noche, pintura y soledad"
No hay comentarios.:
Publicar un comentario