domingo, 3 de octubre de 2010

THE WEEKEND MIRROR



THE WEEKEND MIRROR



Cuando el  espejo me bebe

no reaparezco en el mar

apalabrando la fractura de las olas,

corrigiendo los párpados

de esta aventura malograda que fue nodriza

de mi desnudez más perfecta.

No reaparezco en el afán  obrero de su boca.



Cuando el espejo me bebe

los sentimientos se arrastran

y los hechos

se descomponen a modo de hojas muertas.

Mis manos se entristecen

como jardines descuidados:

dejo que caigan nuestras flores

y no puedo dejar de desvivirme

por un pétalo de sal que agonizó entre mis piernas

cuando nuestros cuerpos

suturaron las heridas cortantes de la sombras

(me lloro en la muerte de esas flores

y no me atrevo a escalarme,

muro abandonado por  la noche donde transcurre mi pena,

objeto para amar ensamblado y descartado,

pequeño puzzle de pájaros anónimos).



Cuando el espejo me bebe

el infinito se acaba en mis temblores

(es como tenderle el cuello a un asesino).



El eligió cómo olvidarme.

Lujuriosamente

devoró mi corazón

antropófago jinete de una isla cruel.



Voy a regar con té este no aniversario,

esta no fiesta donde abundan las espinas,

esta no vida,

como una criatura carroliana

que no sabe del miedo.


 

Poema publicado en el blog "Noche, pintura y soledad"


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