ORACIÓN
POR JOHN
¡Cristo! Sabes que no es nada fácil
Ya ves lo difícil que puede llegar a ser
Tal y como van las cosas
Acabarán crucificándome
John Lennon
Bendito seas dondequiera que estés.
Bendita sea tu voz,
arco iris de terciopelo desplegado
desde un hipnótico cielo con diamantes,
el cielo que arañaba tu garganta prodigiosa;
tus cuerdas vocales, cordones de plata
que amarraban el alma de los hombres
a las alas del gozo
cuando el invierno cortaba sueños
con su dureza de hielo.
Bendita sea tu radiante imperfección.
Benditos, tus ojos miopes y tu nariz alada,
tu clamor en el desierto
y tus saltos al vacío,
cada una de tus pequeñas contradicciones.
Tu zodíaco particular de animales remotos
y soles fragmentados.
¡Cristo! Sabes que no es nada fácil
Ya ves lo difícil que puede llegar a ser
Tal y como van las cosas
Acabarán crucificándome
John Lennon
Bendito seas dondequiera que estés.
Bendita sea tu voz,
arco iris de terciopelo desplegado
desde un hipnótico cielo con diamantes,
el cielo que arañaba tu garganta prodigiosa;
tus cuerdas vocales, cordones de plata
que amarraban el alma de los hombres
a las alas del gozo
cuando el invierno cortaba sueños
con su dureza de hielo.
Bendita sea tu radiante imperfección.
Benditos, tus ojos miopes y tu nariz alada,
tu clamor en el desierto
y tus saltos al vacío,
cada una de tus pequeñas contradicciones.
Tu zodíaco particular de animales remotos
y soles fragmentados.
Y esa risa extendida sobre la fisonomía perpleja
de un mundo incongruente
con el estudiado sigilo
de un mazo de Tarot:
el Loco le descose las mariposas
al ruedo del verano,
el Mago trasiega ángeles de un pentagrama a otro,
el Diablo te hace un guiño
y la Muerte espera.
Bendita sea la torpeza de tus pies
encasillada
en un onírico vals de boda.
Benditos, tus misterios apenas vislumbrados,
tus gafas prometedoras
como espejos de Lewis Carrol,
tu bruja japonesa arropando
la indeleble desnudez del huérfano.
Tu acero y tu cristal,
tus frutillas,
tus panes horneados en el Dakota.
Bendito seas dondequiera que estés.
Las balas pueden
asesinar el aire,
ensañarse con la carne aminorada,
quebrar el delgado crepúsculo de la sangre,
solventar el bramido en cuyo ángulo
se entreteje la ausencia.
Pero la belleza es eterna.
quebrar el delgado crepúsculo de la sangre,
solventar el bramido en cuyo ángulo
se entreteje la ausencia.
Pero la belleza es eterna.
Bendito seas dondequiera que estés.
Bendito seas quienquiera que seas
escuchándolo ahora.
Arte:
John Lennon, Bob Gruen
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