DAMA DRAMA
Algunas veces se me va la mano.
Me retuerzo como a un pañuelo empapado
y de cada poro de mi piel
brota una lágrima,
tajante, filosa,
de esas que me cortan la voz
y me escinden el canto.
Camino el escenario de mi drama
de punta a punta,
revoleando los ojos y las penas,
con el porte de una primera actriz
que conoce al dedillo
su papel de víctima perpetua.
No es que no sufra, no;
claro que sufro,
me muerdo la alegría
con la más pura de las ferocidades
y no sé domesticar al desconsuelo
que ladra en los principios
de mi sangre aterrada.
Pero yo sufro a lo Chavela Vargas...
con el porte de una primera actriz
que conoce al dedillo
su papel de víctima perpetua.
No es que no sufra, no;
claro que sufro,
me muerdo la alegría
con la más pura de las ferocidades
y no sé domesticar al desconsuelo
que ladra en los principios
de mi sangre aterrada.
Pero yo sufro a lo Chavela Vargas...
Algunas veces se me va la mano.
me escribo algún libreto con saliva,
con llanto,
con urgencias,
y lo interpreto con honda violencia,
bordando mi ceguera,
mientras la rabia corre,
tan libre como el vino,
por la soberbia viña de mi espalda.
me escribo algún libreto con saliva,
con llanto,
con urgencias,
y lo interpreto con honda violencia,
bordando mi ceguera,
mientras la rabia corre,
tan libre como el vino,
por la soberbia viña de mi espalda.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario