“El ómnibus se ha ido
el amor se ha vencido
quise quedarme pero me fui.
Filosofía barata y zapatos de goma
quizás es todo lo que te di”.
Charly García
el amor se ha vencido
quise quedarme pero me fui.
Filosofía barata y zapatos de goma
quizás es todo lo que te di”.
Charly García
Una
vez amé a un hombre.
Lo
amé
como
se aman las madrugadas
y
los blandos hocicos de los perros viejos,
esos
que se echan a nuestros pies
cuando
nos acurrucamos
en
un recodo del invierno.
Lo
amé
como
se aman las sobremesas de los domingos,
con
sus doradas cortezas de pan
pellizcadas
al descuido,
como
se ama el olor lejano a tiza y sudor
asaltando
las aulas del tedio.
Una
vez amé a un hombre.
Lo
amé
como
se aman las figuritas con brillantina
cuando
se tienen diez años
y
los ramos de rosas
cuando
se tienen quince.
Lo
amé
como
se aman esos libros que releemos
una
y mil veces,
esos
libros cuyos párrafos memorizamos,
casi
sin querer,
y
giran como aspas de molinos
en
nuestra ilusión desvanecida
cuando
se nos rompe
el
sueño de una noche de verano
y
nuestra vida se convierte
en
la comedia de las equivocaciones.
Ese
hombre me abandonó.
Como se abandonan los
zapatos viejos,
diría
Sabina,
y
ni siquiera tuvo la delicadeza
de
tirarme dos besos,
o
uno.
Por
lo menos uno.
No
necesito quinientas noches para olvidarlo.
Me
basta una noche eterna
y
una vida
que
jamás volverá a ser la misma.
La vida en sepia,
cantaría
una Édith Piaf
más
desencantada que nunca.
Arte: Mónica Fernández
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