NIÑO RAPANUI
Respiro en la caleta
el aroma salado que rezuma el
océano;
la ilusión me aventura
-inédita osadía-
a algún frágil navío.
Y él llega con su aura de
ángel marinero:
son tres o cuatro años su
tiempo cronológico
pero acumula siglos de redes,
de canoas
y de mapas sidéreos
en sus ojos morenos.
Su mano delicada
-esa manito atenta que palpa
cada cosa
con curioso deleite-
decodifica al mundo.
Y en esa mano exhibe su
pequeño fortuna:
una hogaza de pan cuyas finas
migajas
deja caer al agua.
Y llama a las tortugas,
y convoca a los peces,
con la voz estridente de los
niños pequeños
y ríe con soltura
cuando un cardumen ávido
devora aquel tesoro.
Lo observo con terneza:
dondequiera que vaya los niños
son iguales;
más allá del arcano, del
intrínseco mito,
del rostro poderoso perpetuado
en la piedra
reina lo cotidiano.
Y despliega la infancia
su abanico de sueños,
de ocurrencias felices,
de milagros concretos.
Arte: “Niño Rapa
Nui”, pepita.valenzuela
Del poemario "Ojos que miran al cielo", Ediciones Amaru, 2007
Poema
publicado en el Cuadernillo del Taller Literario del "Centro Cultural
Alejandra Pizarnik", 2006
No hay comentarios.:
Publicar un comentario