VIVAS NO NOS QUIEREN
A Micaela García
vivas nos queremos
vivas no nos quieren
nos quieren
pecados o adornos
culos redondos vendiendo
autos cerveza desodorantes
Cenicientas amnésicas celebrando
detergente arvejas
bolsitas de puré instantáneo
nos quieren
encerradas en armarios oscuros
encogidas debajo de las baldosas
hechas bolitas de mocos y terror
pegadas a la humedad
de los callejones sin salida
indefensas como una lechigada
de ratones ciegos
nos quieren
con escarabajos en la boca
con hormigueros reventando en el ombligo
ventanas con los vidrios rotos
teléfonos descompuestos
la bandera de la lengua desteñida
y el horizonte de los huesos
picado de viruela
vivas nos queremos
vivas no nos quieren
no nos quieren
con las tetas al aire
con las ganas al aire
hermanas amigas aliadas amantes
besándonos en las narices horrorizadas
de la señora que suspira con la telenovela turca
del señor de armadura y corbata
no nos quieren
empuñando las tijeras de Dalila
cortando por lo enfermo la saliva del Diablo
locas de Kerouac alborotando avisperos
pintando paredes
pidiéndoles explicaciones
a Dios y a la Patria
no nos quieren
destripando a Jack
nos quieren destripadas
ahorcadas apuñaladas
baleadas quemadas
rotas
nos quieren muertas
a ver si muertas
nos callamos de una vez por todas
Micaela García, de 21 años, fue a bailar a un boliche, en Gualeguay, Entre Ríos, el sábado 1º de abril de 2017 y se le perdió el rastro cuando abandonó el lugar. Las sospechas por su desaparición recayeron sobre Sebastián Wagner, condenado por dos violaciones y en libertad condicional. Wagner fue detenido una semana después en Moreno, Buenos Aires y dio datos para hallar el cuerpo de Micaela, a quien asesinó y arrojó a dos kilómetros de la ruta 12, en Gualeguay, cerca de una estancia conocida como "6 robles".
Del poemario "Interrumpidas" (2017 - 2° Edición)
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