domingo, 20 de octubre de 2024

FLORENCIA


 FLORENCIA


“Y voy hacia la muerte que no existe,
que se llama horizonte en mi pecho.
Siempre la eternidad a destiempo.”
Blanca Varela


Ella se mira en un espejo de cenizas,
se dibuja en el aire con un dedo de niebla,
gira en los pliegues de un vestido
que no abraza a ningún cuerpo.
En algún lugar se perdió su olor
de mariposa batida a duelo
con las frías intenciones de junio.
En algún lugar se dejó la piel,
se dejó el rosado devenir de los pulmones,
la cotidiana usanza del café,
la recurrida ceremonia de los libros.

Ella se lava los ojos con sombras.
Evoca a los muertos como a los pájaros,
tan intocables, tan al alcance de la mano.
Evoca a los pájaros como pequeños soplos de gasa
que no alcanzan para sanar
las llagas del viento.
En algún lugar se dejó la memoria,
se dejó el goce del cuerpo,
se dejó la sangre que hilvanaría,
con ternura,
el hechura de un recién llegado.


Ella se acurruca en un panóptico de humo.
Los ojos del terror la vigilan
pero no los ve
porque todo es ausencia.




Florencia Pennacchi desapareció del barrio donde vivía, Palermo,  el 16 de marzo de 2005. Desde entonces, nada se supo de ella. Al momento de desaparecer, Florencia, que estudiaba Ciencias Económicas en la UBA (Universidad de Buenos Aires), tenía 24 años.




Del poemario "Interrumpidas" (2017 - 2° Edición)

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