CHOUPETTE
“El más pequeño gato es una obra maestra.”
Leonardo da Vinci
Duerme a mis pies,
una bolita térmica que
sustituyó al invierno.
Se hace como se hace el
silencio
caliente y dulce,
filtrándose entre los intersticios
de la casa,
reinando en el paraíso trivial
de los sillones,
corriendo detrás de todo
lo que rueda,
un carretel de hilo,
un corcho,
una lágrima.
Le toco la cabeza,
pequeña corona de deidad
doméstica
abierta al mundo en sus
ojos verdes,
cuento las chispas de su
lomo elástico.
Brilla en su soledad pero
me busca a veces,
si tiene hambre,
si tiene frío,
si la caricia no llega
en tiempo y forma
colmando su exigencia.
Duerme a mis pies,
una bolita tropical que respira
subiendo y bajando como
la marea.
Pero en sus sueños es una
bestia dorada
que gotea cuando la
tormenta arrecia,
dueña de las tejas y las
chapas,
isla indescifrable
en el archipiélago de la
noche,
y se descuelga
de las oraciones
vespertinas,
para hundirse en la boca
de la luna.
Es una gatita,
una linda gatita,
podría ser un dibujo
animado,
comiendo lasaña,
dejándose burlar por los
ratones.
Tiene el nombre de la
mascota
de un diseñador de moda.
Pero cuando se relame
adivino la ferocidad
que 9000 años de
humanidad invasora
no pudieron quebrar.
Ayer mató a un pájaro y me lo ofreció,
una dádiva cruel como
un plato de carne cruda.
Hay algo inquietante en
ella,
un demonio cazador que reposa
hasta el zarpazo
inesperado.
Pero duerme a mis pies,
humeante,
mullida,
y yo agradezco que
me engañe
y me deje pensar que es
mía.
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