AGUA Y CANÍBALES
A Raquel G. Fernández
Caminabas apuradas con tus flores,
acuarelas amadas,
como para ganarle a la primavera azul
que... ¿dónde estaba?
Como para que no te ahogue
aquella tarde larga
que subía entre tus piernas
y bajaba.
El sol entonces no importaba,
muy húmedas estrellas en tu boca,
sí importaban.
Ni que hablar de su lengua
tan mojada
incansable y eterna
que aún hoy
te busca entre caníbales.
Tus pimpollos doblabas
cuidadosamente,
apenas salpicados;
te desnudabas de amapolas regadas
que susurran y cantan.
Ni que hablar de su lengua,
ya lo dijiste pero...
Es que están a la vuelta
de la esquina
y te importa nada.
Mordisqueabas el jazmín
y su perfume
metidos en tu centro
tan profundo
y en todos tus costados
acostados;
desmayabas.
Te reías en tu azul
y gritabas
sumergida entre caníbales.
Pedías más y más
de aquellas húmedas estrellas
pero...y su lengua
¿ya no estaba?
Caníbales, vos
y el agua.
Silvy Altamir
Arte: Evelina Oliveira
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