ANGELITO
DE CHARLIE
un
angelito glamoroso peleando del lado de los
buenos.
“Mirá
que hay malos malísimos pero ninguno puede conmigo.
Mirá
qué bien juego al tenis.
Mirá
qué divina me queda la bikini.
Mirá
que yo no quiero ser Sabrina porque no es tan linda
y
usa el pelo demasiado corto
y
a mí me gusta tener el pelo largo, largo,
como
Rapunzel o como Lady Godiva…”
(a veces te imaginabas cabalgando como la
preciosa condesa
y cómo
te miraban los hombres,
desnuda
debajo de tu pelo).
Angelito de Charlie, yo no sé cómo hiciste
para
que el dolor no te manchara,
para no
ahogarte, como Alicia, en tus propias
lágrimas,
para
conservar incontaminada tu rutina de escuela,
pan con
manteca, arroz con leche me quiero casar
y
tardecitas caminadas en puntas de pie
porque
la abuela dormía la siesta.
Angelito
de Charlie, fuiste una heroína con todas las letras
(siempre
la más fuerte de las dos):
los
malos no pudieron,
la
Muerte no pudo;
nadie
se comió tus perdices,
nadie
te quitó la voluntad de mirar el mundo
con
ojos de caleidoscopio.
Vos
jugabas a ser un Angelito de Charlie
pero yo
creo que eras un angelito de verdad
(a
pesar de cómo te miraban los hombres
desnuda
debajo tu pelo,
si al
final lo mejor de esa fantasía inconfesable
era
andar a caballo
y tener
el pelo largo, largo).
Siempre entrañable es la autora que se identifica con la inocencia, los juegos y juguetes... Sueña, expresa, poetiza para que se vuelva a la infancia protegida, cuidada, respetada...
ResponderBorrarFelicitaciones, Raquel. Cariños.
MARITA RAGOZZA
Gracias, Marita. Hablo constantemente con la niña que fui. Ella está siempre conmigo. Un abrazo!
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