DOLOR
I
Huelo el pulso acelerado de la muerte
ascendiendo
por la dispar inquietud de mis piernas
y el deseo
es un cántaro agrietado
donde las noches que no he vivido nunca
recuecen sus intrigas.
II
Atrapada en las fauces del silencio
encajo
en mi sudario agónico de sueños
los hilvanes de llanto
que
salaron
el ruedo infinito de la espera.
III
Un sol de espaldas a mi apremio
se balancea en el ángulo del cielo
donde el ayer se encrespa
abrazado a tu aliento insolente.
Dentro de mi boca llueven
preguntas rotas.
Me cansa buscarte
entre los escombros.
IV
No hay orfandad más terrible
que saber
que jamás existió la piel idolatrada
y que el hambre de luz
fue suplantado
por un tajo irascible
que cercenó la carne del poema
y se quedó en mis venas
infectando la sangre,
emponzoñando el grito.
V
La que olvidaste,
ésa que se balanceaba su desnudez ardida
en la punta celosa de tu lengua,
multiplica su dolor en los espejos.
Yo, la otra,
me invento cada día,
como si jamás te hubiera conocido.
Arte: "Heatherette", Michele Lynch
Poema seleccionado para integrar el poemario Ver S.O.S. Antología Poética II, Ediciones de Letras, España (2015)
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