domingo, 21 de julio de 2013

LA TRAICIÓN DEL CUERPO


LA TRAICIÓN DEL CUERPO 



Este cuerpo dice: 

tengo hambre, tengo frío, 

tengo deudas de carne que costear. 

Tengo que deshacerle la boca 

al eufemismo 

y trazar pájaros, 

trazar una cartografía menuda 

en las manos del invierno. 

Para que la primavera acierte la senda 

y no se dilapide, 

y no se caiga 

antes de encender el farol. 

Mi farol. Tu farol. 

Porque un farol apagado 

es la excusa perfecta 

para no salir de junio, 

para abrazarse a junio, 

sin ritmo, 

sin sudor, 

sin una lengua que razone 

que lamer heridas 

y lamer manos 

(como el perro que se excusa por ser perro) 

no son faenas

para una lengua  abierta a la palabra. 



Este cuerpo dice: 

tengo sueño, tengo urgencias 

que me remueven las tripas, 

tengo que hacer el verso 

y deshacer el verso. 

Y pisarle la tierra a mis abuelos, 

que para eso guardo un abanico 

que se cierra cuando olvido el barco que los trajo 

a esta ilusión de barro y siembra 

y se abre 

cuando mis ojos caen 

sobre una pared agrietada 

y un mar que también es mío.



Este cuerpo dice: 

tengo que vivir.

Te exijo que vivas. 

Y me sacude la muerte. 

Me barre la muerte 

debajo  de la alfombra. 



Un poco más. 

Un poco más.



Este cuerpo me traiciona. 

Alabado sea.





Arte: "My Fake Plastic Love", Shannon Bonatakis

 

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