EL POETA SE QUEDA
El poeta le suelta la
mano
a la golondrina.
Le deja puesto el vuelo.
Se queda con las alas.
La tierra canturrea su
romanza de polvo,
el monte se pronuncia.
El poeta no es rueda,
no es viaje, no es
partida.
Es la raíz que horada
la piel de la memoria,
las recíprocas manos promulgadas
por una mariposa
evanescente.
Es el látigo verde que
se estira
como un suave bostezo
de clorofila indócil.
El ojo que parte tras la
huella
del animal cansino.
La quemazón dorada del
verano.
El poeta le suelta la
boca
a la golondrina.
Le deja puesto el cielo.
Se queda con el canto.
El labio de la noche se
humedece de estrellas,
la luna se propaga.
El poeta no vuela,
no fluye, no se esfuma.
Es uno con el suelo,
es uno con su casa.
Con su monte, su gleba, su
raíz, su destino.
Su gente. Sus asombros.
Sus cosas familiares.
Elige ser la vida que se
gasta entre amigos,
la flor que no se excede,
la trova enamorada.
Elige que la tierra le
duela en los costados
como un beso de Cristo.
El poeta le suelta la
ruta
a la golondrina.
Le deja puesto el viento.
Se queda con el verso.
El milagro le besa el
ruedo a la palabra,
la rima se divulga.
La golondrina migra,
el poeta se queda.
Se queda con el agua,
con la copla y el cerro.
El poeta se queda.
Arte: "Merlo, San Luis", Tomás Fidel Guzmán
Premio 1º Concurso "Antonio Esteban Agüero, Poeta del Arraigo", Gobierno de la Provincia de San Luis, Municipalidad de Villa de Merlo y Comisión de la Casa Museo “Antonio Esteban Agüero”, Merlo, San Luis (2012)
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