UNA MUJER QUE ESCRIBE
A Anne Sexton
“Ni siquiera entonces tengo nada contra la vida.
Conozco bien las hojas de hierba que mencionas,
los muebles que has puesto al sol.”
Anne Sexton
Una mujer que escribe
encharca sus pies
en un pantano de whisky
que le empapa
el ruedo de las palabras
(el encaje apolillado de
la a, la e y la i;
el desconsuelo amarillo
del abecedario).
Una mujer que escribe
cuenta las píldoras
como si fueran estrellas
y gasta su lengua en
fútiles presagios
que no presagian nada.
Una mujer que escribe
no puede medir los restos.
Esa mujer sos vos,
querida.
Una mujer que escribe
es feliz
cuando su útero canta como
una colegiala
(arroz con leche,
yo no me quiero casar
porque limpiarle el culo a
los bebés me enferma,
y el amor decanta en una
infección,
y el sexo se aproxima
a un trámite más o menos
engorroso).
Una mujer que escribe se
muere
y no se calcula cortada y
cosida como un vestido barato,
con las partes íntimas mal
ordenadas
debajo de un zurcido
desprolijo
(¿Cuánto pesa tu cerebro?
¿Cuánto pesa tu
maravilloso cerebro?
¿Cuánto pesa un poema?).
Una mujer que escribe
se juega los pulmones
en una partida de ajedrez
que no va a ganar nunca.
Esa mujer sos vos,
querida.
Una mujer que escribe
es un defecto
que no concibe planes de
salvación.
Esa mujer sos vos,
querida.
O soy yo.
Quién sabe.
Del poemario "La antigua enfermedad del otoño", Ediciones de la Iguana, 2011
Finalista 10º
Certamen Internacional de Poesía "La lectora impaciente", La lectora
impaciente web de literatura y arte, Gandía, Valencia, España (2012)