OBSESIONES
I – AMAPOLAS
Pequeñas bocas de sangre
   
desordenadas como niños,
   
comiéndose la médula del día.   
Pequeños kimonos de seda roja   
saboteando la desnudez del viento.   
Flores en mi cerebro.   
Heridas de luz.
II – MUERTE
Me almuerza, me cata, me goza.
Animales negros apuntan sus hocicos al
cielo, 
olfateando a Dios. 
Bestias nostálgicas desgarran 
el himen de mis recuerdos con garras de
vacío. 
Mi ternura la adopta y ella conspira 
en la cueva del destino 
para arrancarme los ojos.
III – ESPEJOS
Caer dentro de un espejo es un ejercicio
arduo 
que requiere prescindir de cualquier
máscara. 
Soy yo quien le corta el cuello al
milagro. 
Soy yo quien pervierte los relojes, 
arrastrando las horas hasta hacerlas
eternas. 
IV – ALICIA
Como un gato sin risa
o una risa sin gato. 
Como una reina loca con el corazón
migratorio 
detenido en un perpetuo verano. 
Como una niña extraviada que canta 
porque tiene miedo.
Así, la infancia amortajada 
con un vestido celeste. 
V – SILENCIO
Un palacio de cenizas 
y fuegos artificiales húmedos 
para ejercer el oficio de olvidada.
Idéntica presencia. 
La otra. 
La que me mira desde su antifaz de lluvia
y sabe todas mis cicatrices. 
La que muere en el poema y renace 
en los sucesivos nombres 
que le doy al silencio.
VII – NAUFRAGIO
Una mujer ahogada ondula  
la transparencia de su cuerpo, 
no lejos de su casa de algas. 
Una mano de agua desató la ebriedad de su
cabello. 
Ya no hay memoria del barco que incumplió el pacto.
Un hombre la llama. Un hombre ahogado.
VIII – TÉ
Sólo una reunión de locos dinamitando 
las maquinarias del sol. 
Sólo una taza de té lavando 
la innecesaria vergüenza de la mañana.
IX – PÁJAROS
Un viento débil emplumando mi mano.   
Un solfeo amparado en la garganta   
de la belleza extrema.   
El mundo circunvalado por la cintura de un pájaro.
Amapolas. Muerte. Espejos. Pájaros.
Alicia. El silencio. La otra. Pájaros.
Naufragios. Té inglés. Lluvia inglesa.
Pájaros.
Ese hombre.
Pájaros. Pájaros. Pájaros.

















