SENTADA EN EL FILO
A veces no soporto
el parpadeo de los cuchillos.
Entonces hago el amor,
me recuesto en un muro de algodón,
me oigo respirar.
La llaga duerme.
Los parásitos del cielo duermen
(y yo tarareo esa canción,
él estaba borracho
y no sabía
dónde había dejado sus ojos).
A veces me busco la muerte
en los cuchillos
(tengo uno clavado en el cerebro
que no me mata;
no se puede tocar
es como una paloma de humo,
como una flor vestida con una enagua de novia,
desnuda en el pensamiento,
tan virgen,
tan puta).
Sentada en el filo te pierdo
(entonces
nací para perderte
y la sangre es una broma
y el cuchillo me lo clavaste vos).
(entonces
nací para perderte
y la sangre es una broma
y el cuchillo me lo clavaste vos).
Sentada en el filo te suelto
(porque te conocí
cuando tenía hambre
y nadie me enseñó
a cuidarme de los relámpagos).
Arte: "Red", Martine Johanna
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