LÍMITE
Hoy, pues, es el día
en el que la vela que se apaga
es una mujer.
No quiero que se culpe
a aquel antiguo amante
por este crudo mutis por el foro.
Voy a poner en orden mis
papeles,
a destruir, quizás, alguna
carta.
Escribiré unas palabras
sobrias
que oficien como testamento:
para mi amiga, la chalina
rosa;
para mi hijo, esa fotografía
en la que estoy sonriendo
y no hay fantasmas velándome
los ojos.
A nadie le dejo estas
lágrimas.
Hoy, pues, es el día,
en el que la copa que se
quiebra
es una mujer.
No quiero flores
ni aves enlutadas
graznando sobre mi boca rota.
Mañana alguien vendrá,
abrirá las ventanas,
vaciará los ceniceros,
barrerá los cristales
y no sabrá qué hacer con mis
preguntas.
Finalista Poesía 10º Certamen Internacional de Poesía y
Cuento Breve “Mis Escritos”, Ediciones Mis Escritos, Ciudad de Buenos Aires
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