TAPIZ DE AGUA
I
Él.
Un sello de clausura
sobre mis rodillas.
Yo.
Un grito siempre yéndose.
Un grito que no llega.
II
Sobre una piel antigua
desfila
la farsa del recuerdo.
Las bestias de la inocencia
se beben
el último abrazo.
Un batir de voces gastadas
certifica
este clima de ausencia.
III
Esa estrella se acerca
para morir.
Esa estrella azul que no supo,
no pudo.
Yo la sobrevivo.
Pero no sé.
No puedo.
IV
Arpones del polvo
desbaratan
los bordes del rostro que se apaga
cuando cae el lienzo del olvido.
Así se seca el llanto.
Así se seca el
tapiz de agua
que se embarca en mis manos.
V
Criaturas que nunca deseé
ensamblan
la mortaja de las desapariciones.
Yo no sé dónde dejé mi cielo.
Yo no sé dónde dejé mis garras.
La marcha está vacía.
Vacíos, los últimos vasos.
Vacíos, los primeros versos.
VI
La amapola de dientes largos
fatigando los labios del día.
Dientes como pétalos.
Pétalos como incendios.
Los dedos del hombre
esparciendo
el fuego que me evita.
VII
Un ballet de ranas
le lava
los pies a la mañana.
Pero yo estoy atada en un nudo de
tristeza.
Al borde de todos los espíritus.
VIII
El amor.
Con su acentuado sabor
a vidrio roto
cortándome la boca.
IX
Digo.
Des-digo.
Mal-digo.
Tropiezo con las palabras.
Entonces, la caída.
Entonces, la primicia
de esta resurrección imposible.
X
Un gesto de mi cuerpo
evadiendo
la herida de la noche.
Para que no me duelan.
Para que no florezcan en los párpados
esas manos
que hacen rodar la pesadilla.
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