BALADA
DEL PISTOLERO QUE NUNCA LLEGÓ
No te acercaste quedamente por mi espalda
disparando rosas,
o amapolas,
o cigarrillos de marihuana,
ni te aventuraste a la torre blanca
de mi cuerpo,
que se fue deteriorando con los años
-las telas de araña aparentan
prosaicas arrugas,
estrías mundanas-.
No recorriste el jardín de mis palabras
arrancando las malas hierbas
-esos vocablos que repito sin cesar
y que sólo significan miedo-.
No fuiste papá,
ni el profesor,
ni el aplauso cansado de mi diminuto auditorio.
No fuiste un papel
herido de muerte,
ni el fantasma antiguo
que se desangró en la avenida.
No te acercaste quedamente por mi espalda
disparando rosas,
o amapolas,
o cigarrillos de marihuana,
ni te aventuraste a la torre blanca
de mi cuerpo,
que se fue deteriorando con los años
-las telas de araña aparentan
prosaicas arrugas,
estrías mundanas-.
No recorriste el jardín de mis palabras
arrancando las malas hierbas
-esos vocablos que repito sin cesar
y que sólo significan miedo-.
No fuiste papá,
ni el profesor,
ni el aplauso cansado de mi diminuto auditorio.
No fuiste un papel
herido de muerte,
ni el fantasma antiguo
que se desangró en la avenida.
Nunca llegaste
y no me dejaste nada,
ni siquiera un mal poema horadando
el terrible silencio.
Arte:
Stacey Ann Borg
Mención de Honor
Poesía “6º Certamen Nacional de Cuento y Poesía JUNINPAIS 2007”,
Editorial De Las Tres Lagunas, Junín, Bs. As. (2007)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario