YO NO LE
PRENDO VELITAS A NADIE
(Declaración
de principios que no llega a ser poema)
Yo no le prendo
velitas a nadie.
No le prendo
velitas ni la Virgen Desatanudos
ni a San
Expedito.
Mis nudos los
desato como sé
(como puedo)
y a lo imposible
hace rato que le
perdí el rastro.
No le prendo
velitas ni al General
ni a los
generales.
Yo no trafico el
pan
ni juego con
medallas.
No le prendo
velitas al soberano
ni al violento.
Yo no tomo el té
con la Reina
(no brindo por la Reina )
ni reivindico el
gesto de la sangre.
Yo ni siquiera
le llevo flores a los muertos.
Los siento a mi
mesa,
les tomo las
manos por encima del mantel
y les digo: “¿Se acuerdan cuando…?”
Yo no pinto
paredes,
no alzo
banderas,
no condeno
ni exculpo.
Yo me deshago en
palabras.
Lo hago mal.
Lo hago bien.
Quién sabe...
Yo escribo
poemas.
Voy a escribir
un poema,
alguna vez,
sin metáforas,
sin
onomatopeyas,
sin metonimias,
sin
comparaciones.
Un poema que
diga,
simplemente,
yo no le prendo
velitas a nadie.