LO QUE PUDO
Ella estaba en sus ojos.
La mirada desbordando trenes
y lunes codeados con el polvo.
Lo que iba venir.
La bendición del grito,
el pulso fresco repitiendo
la canción de la tierra,
el sudor amparado.
Las vértebras prolijas.
Ella estaba en sus ojos
y sabía
de esa bestia de luz agazapada.
Ahí no estaba el cuerpo
(marcado).
Estaba el mar,
la fluctuación de Dios
-y ella no creía en mentiras de seda-,
el beso largo de los lobos,
lo que duele.
Ella estaba en sus ojos.
Presentía
la amapola redonda,
el talle reforzado.
Le decían que no era nada.
Una mancha de sangre.
Borrón y cuenta nueva.
Pero ahí no estaba el cuerpo
(no estaba).
Era una buena chica.
Hizo lo que pudo.
Ella estaba en sus ojos.
La mirada desbordando trenes
y lunes codeados con el polvo.
Lo que iba venir.
La bendición del grito,
el pulso fresco repitiendo
la canción de la tierra,
el sudor amparado.
Las vértebras prolijas.
Ella estaba en sus ojos
y sabía
de esa bestia de luz agazapada.
Ahí no estaba el cuerpo
(marcado).
Estaba el mar,
la fluctuación de Dios
-y ella no creía en mentiras de seda-,
el beso largo de los lobos,
lo que duele.
Ella estaba en sus ojos.
Presentía
la amapola redonda,
el talle reforzado.
Le decían que no era nada.
Una mancha de sangre.
Borrón y cuenta nueva.
Pero ahí no estaba el cuerpo
(no estaba).
Era una buena chica.
Hizo lo que pudo.
Arte: "Frozen", Lori Earley
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