MARIANELA
“Con tu pincel de luz cierra tus ojos. Duerme. La noche es larga, pero ya ha pasado.”
Vicente Aleixandre
A golpes la ausencia se convierte en recuerdo.
A golpes se vuelve a creer
en la inquietud de los manteles a cuadros,
en la hoguera de colores donde expira la tarde,
en la feliz ignorancia de los perros.
A golpes se reaprende el juego de la vida.
A golpes de jazmín ella regresa
como una hostia pura que comulga
con los embates de la primavera.
Es mucho más que una huella de sangre,
un séquito de huesos calcinados,
un nombre con ribetes de llaga.
Es mucho más que un dolor en el costado
del Dios de las ovejas puras.
Es un relámpago dulce que desmiente
el teatro vacío de la muerte.
El llanto que lava los pies de la memoria.
La boca que sostiene nuestra pulsión de lucha.
La seguimos buscando todavía
en las esquinas pálidas del sueño.
Y ella sigue soltando su sonrisa,
un puñado de globos o de pájaros,
y vuela más alta que el verdugo,
más alta que el infierno,
tan alta como un ángel.
Marianela González fue vista
por última vez en un centro comercial de Quilmes Oeste, el 8 de noviembre de
2013. Su cuerpo calcinado apareció el 8 de enero de 2014 en un predio utilizado
como campo de deportes de un colegio, en la misma localidad. Marianela
tenía 24 años y padecía de esquizofrenia. Su crimen aún continúa impune.
Del poemario "Interrumpidas" (2017 - 2° Edición)