EL PROSCRIPTO
Chocante,
copioso.
Categórico como el ala del cuervo
(rapaz).
Tu cuerpo es un segmento del crepúsculo.
La sombra empuja
el torso desnudo de alma.
Todos los proscriptos hablan
el lenguaje del alcohol.
Hay que olvidarse de la poesía
para encontrarla
en el fondo de la botella.
El gusano somete.
(¿De cuántas vidas está hecho el final?)
La usanza de la muerte
trastorna
el honesto deseo de futuro.
El tuyo.
Baudelaire sabía.
La fiera simetría del poeta
vaticinó el dulce abandono de las formas:
a nosotros no nos importa nada.
Los que traficamos con la palabra
los que vendemos
brazos flacos y dogmas indecentes
(los desarreglados)
besamos
(hocicamos como bichos enfermizos)
tu collar de espantos.
Del poemario "La antigua enfermedad del otoño" (2011)