lunes, 3 de noviembre de 2025

JENNY


JENNY 


A Robert Burns  



La pobre chica

arrastraba las enaguas a través del centeno.

Las enaguas empapadas de llanto y sudor,

casi tan pesadas como una mortaja.

No había guardianes

entre el centeno

que vigilaran que ella no fuera más allá

y cayera en la fosa de la hipocresía.

Un beso puede ser una cuchilla de afeitar

hincada en las venas del insomnio,

un retablo de lutos y graznidos,

un prólogo de latitudes muertas.

La pobre chica casi nunca estaba seca

(a veces llueve sobre un solo relámpago).

Y arrastraba las enaguas a través del centeno.

El fuego elemental de sus enjambres

estaba muerto

antes de que alguien le dijera que no

y el gallo cantara tres veces

y ella supiera que, cuando dos personas se encuentran

entre el centeno,

alguien tiene que llorar,

siempre.






Del poemario "Once Upon A Time"  (2014)

sábado, 1 de noviembre de 2025

ERIK


 ERIK

 “The Phantom of the Opera is there. Inside my mind.” 


Reposo mi cabeza en su hombro 

cuando llega, amputando la vigilia, 

porque él vive como si soñara 

y me recibe 

como una revelación, como una ráfaga, 

como la dócil limosna 

que se extiende

en el verbo sombrío.


Yo vivo como si soñara. 

Matando y huyendo. 

Traspaso las generaciones que gravitan 

con sus cadáveres ajados

sobre el ignoto retablo de mi sangre 

en busca de un hombre que honre la armonía. 

¿Cómo ser digna del Ángel, 

de su garganta, que no se resigna? 


Yo vivo como si soñara. 

El silencio me fatiga. 

La idéntica niebla que me ciega 

se hospeda en los espejos. 

El amor es para unos pocos, 

pero su voz

me dice que será para siempre. 

Yo me siento feliz entre los muertos. 

Y también uso una máscara.








Gerard Butler & Emmy Rossum, fotogramas de la película "The Phantom of the Opera" (Joel Schumacher, 2004)

Del poemario "Once Upon A Time"  (2014)

jueves, 30 de octubre de 2025

EL LIBRO DE LOS AMORES RIDÍCULOS


 EL LIBRO DE LOS AMORES RIDÍCULOS


“¿Qué importa si todo es un juego vano? ¿Qué importa si lo sé?
¿Acaso dejaré de jugar sólo porque sea vano?”
Milan Kundera, “El libro de los amores ridículos”
 
   
Yo no soy Kundera,
 
pero también debería tener un libro
 
de amores ridículos,
 
amores que se desfloraron
 
antes de que mi cuerpo se cerrara a su hechizo
 
y me dejaron la boca ardida,
 
la piel rota tatuada con poemas soeces
 
que jamás leo sin sonrojarme,
 
el sexo huérfano apretando los dientes.
 
Amores que fumé de prisa,
 
uno tras otro como letales cigarrillos de deseo,
 
que me hicieron llorar,
 
de placer o de tedio,
 
tantas sonrisas que cayeron en el costal
 
de las muecas turbias,
 
tantos encuentros y desencuentros
 
en el apremiante tajo que palpita entre mis piernas,
 
tanta pasión risible
 
que nunca fue eterna.
 
Mi libro de amores ridículos
 
los incluiría a todos:
 
el muerto, el impostor, el bastardo,
 
el papi que no fue más que la bota feroz
 
aplastándome el rostro,
 
el amante que me desangró
 
como a un conejo colgado cabeza abajo
 
con la garganta abierta.
 
Jugadores que jugaron mi juego
 
y no pudieron ganar;
 
jugadores que jamás aceptaron mis reglas
 
y no me dejaron ganar nunca.







Arte: Daria Palotti 

Del poemario "Once Upon A Time" (2014)

martes, 28 de octubre de 2025

CABARET

 


CABARET
 
 
 
Tuve un sueño.
 
Yo estaba bailando con Sally Bowles
 
(hay gente que vuela en sueños;
 
yo bailo,
 
porque despierta jamás aprendí a hacerlo).
 
 
 
Yo estaba bailando con Sally Bowles.
 
Tenía enormes pestañas postizas
 
y las uñas pintadas de verde
 
(“Chocante”, me hubiera dicho un inglés
 
demasiado atildado
 
si las hubiera visto).
 
 


Yo estaba bailando con Sally Bowles.
 
Había un Cabaret. Un maestro de ceremonias.
 
Y yo había aprendido a bailar
 
y no lloraba,
 
para que no se me corriera el rímel,
 
ni se me despegaran las pestañas postizas.
 
Había aprendido a girar
 
con una copa de champagne en la mano
 
y una risa que tenía más de desgarro
 
que de alegría,
 
pero quería creer cuando me decían
 
“Aquí la vida es divina”. 
 
 
 
Yo estaba bailando con Sally Bowles.
 
Había una ciudad llamada Berlín,
 
en un país llamado Alemania.
 
El alma me dolía un poco,
 
pero en el Cabaret
 
hay escaso lugar para los dolores. 
 
 
 
Tuve un sueño.
 
Yo estaba bailando con Sally Bowles.
 
Adentro había demasiada purpurina,
 
demasiado humo,
 
demasiadas preguntas sin respuesta. 
 
 
 
Afuera, la vida se desmoronaba.







Del poemario "Once Upon A Time"  (2014)

 

domingo, 26 de octubre de 2025

BALADA DE LA QUE QUIERE SEGUIR SIENDO BELLA Y DURMIENTE


 BALADA DE LA QUE QUIERE SEGUIR SIENDO BELLA Y DURMIENTE


“He's got the power
She's got the need” 
 Alice Cooper



 Yo miro el sueño

como si mirara la muerte:

con los ojos cerrados.



Yo miro las cosas

por costumbre.

Detrás de la reposada

nitidez de mis párpados

hay un sol oblicuo

que me quema las pestañas:

es el amor que me sacude

y me amenaza

con robarme mi porción de sueño/muerte

(esta deliciosa inercia:

ser y no ser,

nunca ser).



Yo miro a ese hombre

que se acerca

con una espada entre los labios

y sé que él tiene el poder

-yo tengo la necesidad,

pero no quiero abrir los ojos-.



Yo miro su boca

y presumo

que adherida al beso viene

una muerte sin sueño.

Sin sueños.

El vuelo suspendido de las moscas

retoma

su obligado trote de calor.

En la cresta irascible de mi sexo

se despereza

la  mujer dormida.



Cierro las piernas,

con violencia.



No quiero sangrar.

No quiero sangrar.

No quiero sangrar.






Del poemario "Once Upon A Time", Rayuela Edizioni  (2014)


viernes, 24 de octubre de 2025

EL CABALLITO BALANCÍN


 EL CABALLITO BALANCÍN


"Cantábamos para siempre la canción.
Cantábamos nuestra alianza hasta después del mundo."
Olga Orozco

  

Estaba dentro de la canción

que cantábamos esa noche.

Noche de inocencia ajena

que la luz de la memoria

desnuda de un manotazo.

No era nuestra infancia,

no se desbordaba

en la dimensión de la lluvia.

Era blanco como el camino de grava 

donde rodaban los días.



Estaba dentro de la canción

que cantábamos esa noche.

Crecía junto a otros objetos inútiles:

una estrella estéril esparciendo

su semen baldío.

Se balanceaba al borde

de unos ojos inconclusos

-ocho años de ojos que se muerden los párpados-.

Parecía inofensivo

como un domingo estirado sobre el sueño.



Estaba dentro de la canción

que cantábamos esa noche.

Papá se fue al cielo

y los nenes

nos quedamos en el infierno

(mamá amuebla el infierno a su manera,

nos lava la culpa con chocolate caliente,

nos mira y no entiende,

no sabe,

no puede).

La mitad de nuestros recuerdos es falsa.

La otra mitad,

está contaminada por la herida.



Estaba dentro de la canción

que cantábamos esa noche.

Una licencia de Dios

o un soborno del Diablo.



No sé.







Del poemario "Once Upon A Time" (2014)