AUTORRETRATO II
No tengo las piernas
largas
ni la dentadura
perfecta.
Sin embargo,
he caminado mucho
y he mordido
manzanas,
animales,
señores,
papeles aburridos.
Y he digerido
ausencia,
tragado cascabeles,
vomitado promesas.
No tengo una voz
privilegiada,
ni una cintura augusta como
un trono.
No se me da bien
lo de inventar
palabras
a lo Oliverio.
No entiendo el teorema de
Pitágoras
pero me gusta el vocablo hipotenusa:
está llena de gatos,
de ríos,
de claveles,
como caleidoscopio.
A veces me despierto
a mitad de la noche
y le suplico al hombre
que cose mis retazos
con su aguja de tiempo
un encuentro sin
lámparas.
A veces supongo que estoy
loca.
No tengo la vergüenza de
haber sido
ni el dolor de no ser,
quizás porque no fui
y porque sigo siendo
o quizás porque el
tango
me deja tan perpleja como a
un pájaro
con las alas cortadas
(si la querías tanto,
¿para qué la dejaste?;
yo no dejo jamás lo que
quiero:
yo lo mato).
No tengo un ex-amante que me
recuerde con afecto.
Mis ex-amantes me
odian.
Lo que es justo,
porque yo los odio a ellos.
No tengo la nariz
agraciada,
ni el vientre chato,
ni el ombligo invicto.
Ni siquiera tengo veinte
años.
Sin embargo
todavía le enlazo con mi
sombra
el fuego del verano.
Y redoblo la apuesta de las
lágrimas
cuando intuyo
lo rápido que se seca la
sangre.
Arte: Georgia Kapetanaki
Poema publicado en el blog "por qué
tiemblan"
Poema publicado en el blog De otros mundos
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